Ver las estrellas

Que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde es una tontería como una casa de grande. Las pérdidas, cuando suceden, no tienen nada que ver con lo que se ha querido. Por eso yo recuerdo, a veces, cosas que nunca tuve. Solamente de ese modo se pude saber lo que se ha…

Belistea, la Bella Durmiente

Mientras Augusta y Flavia lloraban la desgracia de la Princesa, el silencio se hizo en todo el castillo. Habrían jurado que el alma en pena caminaba por los aposentos de los reyes se había parado a descansar.

El vestido rojo de mi madre

Mi madre siempre decía que quien opina sin saber es un ignorante. Podría tener toda la razón del mundo, que con aquel vestido rojo y su cinturón de leopardo nadie le hacía caso.

Allele

Yo no sé medir el tiempo, pero si tuviera un reloj estoy segura de que me habría parecido muy tarde. Yo fui una privilegiada, si queremos decirlo así. Mientras asesinaban, mutilaban, violaban y torturaban, me mantuve bien escondida; mi mente me mantuvo a salvo. Tomaron mi cuerpo también, pero mi mente siempre estuvo muy lejos de…

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La bruma de aquella mañana era espesa, difícil. De camino al gimnasio, Alicia pensó que tal vez habría sido mala idea ir, que las nubes siempre le causan dolor de cabeza y que era probable que se le mantuviera todo el día.

Los cazadores de sueños

Tengo preguntas que nadie contesta. Tengo palabras que se colman en mis pestañas cuando voy a dormir, como si fuera un cazador de sueños. Como si me consumieran. Cada noche las callo por no molestar, pero por la mañana se han quemado al no ser dichas. ¿Por qué, si soy feliz, a veces siento algo…

Lo que te conté mientras te hacías la dormida

Sonaba la voz ronca de Amaia Montero en la radio del coche. El disco, que apenas si tenía un par de meses, estaba ya a medio estropear. Mi minidisc me acompañaba a todas partes y en esa edad en que la música es más importante que respirar aún no se habían inventado los Mp3.

Meningitis Española

Para cuando la enfermedad había llegado a la ciudad ya contábamos por miles a los cadáveres. En las calles de la capital era fácil verlos apilados en montones de diez o quince hombres en cada esquina. Barcelona había sucumbido al virus mucho antes que Marruecos o Londres. Hay quien dice que es por lo que…

Miedo al miedo

El concepto alienado siempre me ha hecho imaginar personas con cabezas enormes y sin orejas ni nariz. Puede que, sin embargo, cuando te alienas a un concepto en realidad estés haciendo eso, quitándote tu propia capacidad de respirar y de escuchar al resto del mundo.

Las fiestas de los jueves

Felisa ya no peinaba canas. Las horas de quimioterapia pasaban tan lentas como lo había hecho el resto de su vida. Primero cuidando de sus hermanos, luego de su padre y, por último pero no menos importante, de su madre. A ella la odiaba, pero nunca le importó a nadie.