A ti, Mujer

La mañana se presenta más pálida de lo normal. Me pregunto, café en ristre, si se debe a que hoy es mi último día en el trabajo. ¿Quién iba a decir que acabaría dándome pena irme de esa oficina de mierda? Mi coche huele a humo con las ventanillas subidas. Ni sé cómo voy a…

Ver las estrellas

Que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde es una tontería como una casa de grande. Las pérdidas, cuando suceden, no tienen nada que ver con lo que se ha querido. Por eso yo recuerdo, a veces, cosas que nunca tuve. Solamente de ese modo se pude saber lo que se ha…

El vestido rojo de mi madre

Mi madre siempre decía que quien opina sin saber es un ignorante. Podría tener toda la razón del mundo, que con aquel vestido rojo y su cinturón de leopardo nadie le hacía caso.

Allele

Yo no sé medir el tiempo, pero si tuviera un reloj estoy segura de que me habría parecido muy tarde. Yo fui una privilegiada, si queremos decirlo así. Mientras asesinaban, mutilaban, violaban y torturaban, me mantuve bien escondida; mi mente me mantuvo a salvo. Tomaron mi cuerpo también, pero mi mente siempre estuvo muy lejos de…

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La bruma de aquella mañana era espesa, difícil. De camino al gimnasio, Alicia pensó que tal vez habría sido mala idea ir, que las nubes siempre le causan dolor de cabeza y que era probable que se le mantuviera todo el día.

Lo que te conté mientras te hacías la dormida

Sonaba la voz ronca de Amaia Montero en la radio del coche. El disco, que apenas si tenía un par de meses, estaba ya a medio estropear. Mi minidisc me acompañaba a todas partes y en esa edad en que la música es más importante que respirar aún no se habían inventado los Mp3.

Las fiestas de los jueves

Felisa ya no peinaba canas. Las horas de quimioterapia pasaban tan lentas como lo había hecho el resto de su vida. Primero cuidando de sus hermanos, luego de su padre y, por último pero no menos importante, de su madre. A ella la odiaba, pero nunca le importó a nadie.

El matrimonio Hess

Las casas felices son aquellas en las que los adultos son un poco niños. En las que los juegos no sólo son para los dientes de leche y las galletas se comen más rápido de lo que se preparan. Por eso nadie habría dicho que en la casa de la familia Hess sus habitantes eran…

Alicia

Alicia, mientras se bebía la cerveza, no pensaba que la hiciera sentir tan pequeña. Los frutos secos que la acompañaban no la hicieron crecer. O no de ese modo, al menos. Teo le había invitado a esa tercera y cuarta copa porque esperaba llevársela a la cama, mirando el reloj con prisa. Y ella, que…

Los Grandes Días en la Vida

Ninguno de los Grandes Días en la Vida (así los llamaba mi abuela, Aurelia) habrían existido si no fuera por él. No era mi abuelo, si es en lo que estáis pensando, pero ella le amaba con tanta fuerza que nunca le importó que estuviera casada. Me contaba que tenía una máquina de escribir que…