Mejor morir de pie que vivir de rodillas

Las manos de Ander eran, hoy, distintas a cualquier otro día. Traía un palo en la mano pero esta vez no sería para pegarme a mí con él. Tania, su hermana pequeña, le había desobedecido otra vez y tenía que castigarla. Maldito bicho de niña, cuando los padres de mi marido murieron tuvo que venirse…

Síndrome de Sosias

Ellos dicen que estoy loca, pero no es verdad. Lucila murió hace años, estoy segura. Ahora hay una niña en su lugar que dice que es ella, pero no engaña a nadie. Mi hija murió cuando tenía seis años, poco después de que lo hiciera su padre en un accidente de coche. Su presencia llena una casa vacía que no comparto más que conmigo misma. No siento la soledad, no me dejan hacerlo. En la que fuera su habitación hay un fantasma que vive y se alimenta como lo hiciera mi hija. Sufre sus mismas alergias, teme a los mismos monstruos y llora y moquea como lo hiciera mi Lucila, pero no es ella.

La suerte

El mundo se podría haber resumido en unas manos en aquel momento, al menos el mío. Literalmente me había salvado la vida. Llevábamos tres semanas saliendo cuando me tropecé en el metro e iba a caer a la vía. Suerte que me acompañase, suerte que supiera reaccionar y suerte de la capucha de mi cazadora….

Bienvenido al tren del silencio

Cuando Silvia tenía cinco años, había dicho a sus padres que quería viajar en trenes. No pintarlos, no limpiarnos, no conducirlos; viajar. Le gustaba el ruido que hacían. Ellos sonrieron al escucharlo. Su madre nunca le hacía mucho caso, aunque siempre le peinaba los rizos con esmero. Ella no tenía y sabía que era un…

La muerte de Alan Rickman

Alan Rickman falleció el 14 de enero de 2016. David lo supo minutos después, por un grupo de whatsapp. ‘Ha muerto Snape’ escribió una amiga. Cualquiera que hubiera visto su cara en ese momento habría pensado que se trataba de su padre en lugar de un actor al que nunca conocería.

El iris muerto

Cuando yo tenía ocho años, nuestro mundo se rompió. Mi padre, mis abuelos y dos de mis hermanos fueron a por el nuevo sofá y nunca volvieron. Lo peor no fue que murieran, sino que mamá tuvo que ir a reconocer los cadáveres. Ninguna persona debería ver eso. Ella no lloraba, no quería que yo…