Queridos Corintios

– Muy poca gente lo sabe, pero la imagen del sacerdote en una boda es puramente figurativa. Simbólica, trambólica, especulativa. Vamos, que yo misma os podría casa si quisiera. Pero no quiero cari, no quiero. Es que no es lo mío. – Vale, sí, pero ¿vas a venir o no? Que llevamos aquí ya veinte minutos y todavía no me has respondido. – Que no tía, que no. – Por favor, me haría muchísima ilusión. Llevo meses suplicando. Di que sí. Rocío se queda callada, pensativa. No debe pero la insistencia de su amiga la hace reblandecerse. Asiente poco a poco, sabiendo de su mala decisión. – Bueno, venga, va que sí. Seis meses después, Rocío se encuentra (des)ubicada en el banco de los testigos en la Iglesia de la Santa Cruz, en su barrio de toda la vida. Llegó a la Iglesia con un bolso minúsculo, si bolsa para las bailarinas, como quien sabe que no se quedará hasta tarde. – Joder – Sh… Escucha que la mandan callar desde el asiento de la esquina, el del hermano de la novia. Se levanta con cuidado y se dispone a leer la que parece ser la única lectura posible en las bodas religiosas: Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios Hermanos:  (Mira a los asistentes) Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor. (Le…

Gala

Recuerdo la primera vez que vi a Gala. Era una cría, no recuerdo la edad, pero tan joven que ni siquiera el sonido de su voz era el que tiene ahora. Puede que sea el recuerdo, que mis ojos llorosos la echen tanto de menos que cambien mi percepción de la realidad. Pero no quiero…

Los guapos no lo hacen bien

– La primera vez que perdí la virginidad tenía 16 años. – Joder, qué pronto. Yo tenía 19. – Ya tía, pero es que tú estabas muy gorda, es normal. – Y tú siempre has sido muy golfa. – Sí, eso también. Lucía y Susana habían pedido un par de cervezas, el lubricante social más…