La literatura nos permite jugar con todo aquello que más nos guste… o con lo que más miedo nos provoque. La muerte de los niños, la desaparición, el final del padre o la locura son algunos de los elementos que aparecen con más frecuencia en los textos literarios. Y todos ellos (y muchos, muchos más) se dan cita en Irlanda en La hija de Barbazul, de Ana de Haro.
Antes de saber nada más, por favor prestad atención al booktráiler, que merece la pena:
La hija de Barbazul
No existen miedos más poderosos que los de la infancia. A causa de la inminente muerte de su padre, al que apenas conoce, Karen Gormaine regresa a la casa de su niñez, oculta en un remoto pueblo irlandés y descubre entonces que la historia de su familia es más compleja y oscura de lo que imaginaba. Karen se adentra en las profundidades de la Casa Pálida dispuesta a descubrir qué hizo que su madre se volviera loca. En el camino encuentra elementos que recuerdan a los cuentos de su infancia: una casa con puertas que no se abren. Una torre sin salida. Un laberinto en el jardín. Un zapato manchado de sangre. Una madrastra y dos hermanastras desconocidas. Una niña con una capa roja que desaparece en una tormenta de nieve. Una mujer que vino del mar. Un lobo que recorre las sendas por la noche… ¿Qué se oculta en las habitaciones cerradas de la Casa Pálida?
Los miedos de la más tierna infancia nos atrapan en La hija de Barbazul. Ese juego permanente entre qué está sucediendo y qué no conseguirá atraparte con mucha fuerza. Una historia que consigue que te bebas las páginas.

Los cuentos y lo que esperamos de ellos
Es probablemente esto lo que más me ha gustado de la historia: esa relación especial con los cuentos. Con un toque de fantasía por el que no acaba nunca decantándose claramente en ningún momento, La hija de Barbazul nos presenta a un abanico de personajes de cuento bastante amplio.
Los cuentos, el punto tétrico y ese misterio latente que provoca al lector un miedo como el que sufre Karen son las grandes bazas de una historia que consigue sorprenderte. Tal vez una narración muy reflexiva o que prefiera el misterio a la fantasía han sido los dos puntos que menos me han gustado, pero al fin y al cabo es una cuestión de gustos. Además, probablemente la novela hubiera perdido en fuerza con un narrador que razonase menos.
Y, ojo, admito que me ha sorprendido. No me esperaba ese giro final o, al menos, no de esa manera. Tenía un poco de miedo ya que Susana de Érase una devoralibros lo ha puesto como la mejor novela de 2017. Y cuando esto sucede, es muy habitual que la lectura te acabe decepcionando. Pero no ha sido el caso en absoluto.
La hija de Barbazul es una novela excelente que consigue jugar con el lector como si de la propia Karen se tratase. Una historia diferente que, sin embargo, no deja de moverse en un mundo común para todos: el de los cuentos.
Aquí tienes la reseña completa en el canal. Muchas gracias a Editorial Aldevara y a Ana, por escribir esta maravillosa historia.