No podría escribir los versos más tristes esta noche,
No hoy cuando la boca me sabe a triunfo
(Y las manos a sangre).
Cuando lo ojos que te acechan sombríos
Buscan consuelo en gotas de día
Sabes que ha llegado tu hora.
Tampoco podría decir que fui mía
Y que tú, alguna vez, fuiste tuyo.
Las orejas traicionan porque escuchan tus propios latidos
Incluso por la mañana, con las resacas en los ojos y los dientes sin lavar.
No podría escribir los versos más tristes esta noche,
Porque esos ya los escribí y ninguno
(Pedazo de hijo de puta) hablaba de ti.
Poema originalmente publicado en L’as cagao Lorrie Moore.