– La primera vez que perdí la virginidad tenía 16 años. – Joder, qué pronto. Yo tenía 19. – Ya tía, pero es que tú estabas muy gorda, es normal. – Y tú siempre has sido muy golfa. – Sí, eso también. Lucía y Susana habían pedido un par de cervezas, el lubricante social más…