Soy de esas personas que piensan que el año debería comenzar en septiembre. Por eso ayer, para mí, acabó mi segundo año dando clase, el segundo en el que tengo la posibilidad de ser profesora por unas horas, de mover cosas que nos han enseñado desde pequeños, de desencorsetar ideas y sentimientos, de ayudar a escribir.
Porque escribir es la cosa más bonita que hay en el mundo. Enseñar no diría yo que tanto, pero oye está cerca.
Porque todos ellos hacen que valga la pena semana a semana.
Porque en Casa del Libro Viapol me ceden un espacio en el que todos nos convertimos con aquello que deseamos ser: escritores.
Gracias a todos y cada uno de vosotros que habéis pasado en estos dos años por mis clases de escritura. No importa que fuera un día nada más o que hayas tenido que dejarlo por los exámenes. Gracias a todos. Gracias a ti.
Nos vemos en octubre.
