Lucía se sentó delante del ordenador a las 21:09 del 31 de diciembre. Abrió Facebook y vio todos los resúmenes del año de sus amigos. En algunos había felicidad, en otros amor, algunos simplemente eran collages con fotos que se habían hecho ese año.
Miró a su izquierda y vio a su madre, en la cama del hospital. El médico había dicho que no esperaban que despertase, que probablemente no pasara de aquella noche, y eso fue hace ya más de dos años.
Durante más de siete minutos, Lucía repasó las palabras que había escrito, teniendo en cuenta las cosas que decían sus amigos. A las 21:18, tras un último vistazo, publicó el siguiente estado:
Gracias a todos por hacer de este un gran año!
No le parecía realista ni sincero, pero le dio vergüenza que, en esa feria de vanidades, las únicas palabras sinceras fueran las suyas.